lunes, 8 de agosto de 2011

"ABRIR LOS OJOS COMO NECESIDAD BÁSICA”

"ABRIR LOS OJOS COMO NECESIDAD BÁSICA” 

POR: Blackbox


En las sociedades sumergidas en la acaramelada carrera global capitalista, sabemos de sobra de la existencia las necesidades creadas: por la sociedad, por los grupos, por los mercados... para mí supone algo fundamental sobre lo que se debe hacer hincapié.

Tal y como sucede con la acomodada complejización del lenguaje, donde distintos teóricos de todas las ramas hacen usos múltiples y nuevos de conceptos que corren un tupido velo lleno de matices ante una realidad que no cambia pese a estos usos; con las necesidades que llegamos a tener sucede lo mismo.  La sociedad al completo se ha enredado en ella misma mientras fuera de estos límites sigue existiendo la verdadera realidad (con matices lingüísticos o sin ellos).

Nuestro entorno se ha complejizado, y con él nosotros y nuestro entendimiento. Tal es así que llegamos a creer (a base de matices complejos) que nos envuelve un agradable clima democrático o libre, mientras éste estupendo clima depende de  generarnos necesidades para las cuales su resolución consiste en contribuir con la rueda del sistema avaricioso que nos mantiene: y al que nosotros debemos mantener.

Me refiero con esto a que para poder adaptarnos actualmente lo máximo posible debemos acoplarnos a una sociedad que no se adapta a las personas. Se trata de algo totalmente asimilacionista. Políticas, ideas, costumbres y estereotipos establecidos, impuestos e intocables-inalterables sobre los que no se trabaja. No se trabaja sobre la sociedad y su educación en respeto y tolerancia, sobre la cultura de la interacción y la convivencia. Esa solidaridad de la que habla el autor catalán Jaume Faune, se trata de que no existe diseño posible de la realidad social sin una dosis mínima de empatía social, de utopía solidaria basada en elementos clave que son persistentes con independencia del cristal por el que mires. Esa utopía solidaria es necesaria para cambiar esa convicción que nos embelesa a cerca de las construcciones sociales tan fuertes que se hacen sobre las situaciones de marginación o exclusión, sin que nadie nos diga que es cierto y sin que nadie nos confirme que existen problemas cercanos alejados de la realpolitik.

Por ejemplo, desde un punto de vista personal, la convicción de que la drogadicción es un problema considerado para con los adolescentes de hoy día. Supone una construcción social, dado que debemos saber o ahondar en que se refiere a que realmente existe otro problema real detrás de eso sobre el que hay que incidir que por ejemplo puede ser la educación y no el seguimiento abusivo (también necesario) contra las sustancias que van a seguir existiendo. Es decir, se seccionan los ámbitos de intervención, los ámbitos en riesgo, o los espacios sobre los que haya que tomar cualquier tipo de medidas con lo que se consigue una multiplicación de las necesidades que podrían reducirse con un tratamiento del problema desde una raíz madre.

Lo que no podemos permitir ante esta escueta posibilidad de acción es que además se permita un modus operandi erróneo ante esta realidad. Aspectos como la patologización, la burocratización, la penalización o la protección van en aumento hoy día generándonos dependencia del sistema y de su estructura y desvinculándonos por completo de la dimensión territorial o local, de la dimensión real, de la dimensión comunitaria y colectiva, de las vivencias… Sumiéndonos en discursos innecesarios que no reducen las consecuencias negativas… Nos desvinculan del derecho de ser personas para adentrarnos en la amenaza de llegar a ser problemas y esa llega a ser nuestra mayor necesidad creada.

1 comentario:

  1. El hombre le tenía miedo al león y ahora lo tiene a la banca. Muy de acuerdo contigo, se imponen unas necesidades en cualquier tipo de escala, y tenemos que adaptarnos a eso.

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