domingo, 11 de marzo de 2012


De Reformas y de Huelgas. Una más.

Una nueva Huelga General, una más, un Paro de 24 horas para ser más exactos, ha sido convocada para el 29 de este mes. Las Organizaciones sindicales “mayoritarias” esperaron a esta semana para hacer pública la convocatoria, aunque ya se sabía hace días que no les quedaba otra posibilidad que convocarla, y hacerla coincidir con la convocatoria previa que los sindicatos del País Vasco y Galicia habían realizado.
Como en veces anteriores, surgirán en nuestros medios (estoy hablando de los medios en las que los libertarios escribimos y no de otros) voces partidarias, voces contrarias, voces ilusionadas y voces indiferentes ante esta convocatoria. Como estoy decidido a no crear ya más, estúpidas divisiones en las ya de por sí débiles fuerzas con las que cuenta el anarquismo ibérico, me limitaré sin más, a dar mi opinión. Una más.
El Origen de todo esto es al parecer el Decreto Ley de una nueva Reforma Laboral. Y digo bien.Una más. Si bien es cierto que esta supera a todas las anteriores en cuanto a brutalidad en el recorte de nuestras conquistas sociales.
Tanto unos como otros llevan meses metiéndonos miedo. Miedo a los despidos libres, cuando la realidad es que el despido lleva siendo libre en este país toda la vida. Eso sí, ahora será más barato, porque todo este embrollo de que si la productividad, y de que sí la competitividad, no son más que retóricas lingüísticas de algo sencillo de nombrar: DINERO. No es más que eso, Dinero. Más para unos pocos y menos para unos muchos. No sé porque para eso hacen faltan llenar 61 páginas del Boletín Oficial del Estado.
Y los trabajadores como no estamos organizados, o como lo estamos mal, daremos un paso atrás. Uno más. Esta vez un paso muy grande.
Por otro lado el tandem sindical, ve que su supervivencia va a quedar tocada. Y por eso piden negociar. Quieren negociar nuestra miseria porque si su papel negociador no es escuchado, su poder real va a quedar muy mermado.
Pero una vez más, los anarquistas, los anarquistas organizados prefiero decir, nos vemos en la disyuntiva de decidir. Y aunque no nos convenzan las formas ni las maneras, lo que no vamos a hacer, es ser meros espectadores de un acontecimiento, que aunque inútil para muchos, es hoy por hoy, la máxima capacidad del movimiento obrero en este país.
¿Queremos que la Huelga sea indefinida? Pues empecemos haciendo que sea un éxito la de 24 horas, y vayamos ya convocando movilizaciones para los días posteriores.
No se necesitan lloros, ni alocuciones ultra revolucionarias. Se necesitan brazos y cerebros que aporten fuerza y que aporten inteligencia.
Y ahora que los Convenios Colectivos van a ser superados por lo de Empresa, que los Patrones van a poder modificar unilateralmente nuestras condiciones pactadas, que despedir va a ser muy baratito y que el recurso a la LEY va a dejar de ser el arma con el que nos acusaban. Ahora que los trabajadores van a tener que demostrar su fuerza, con la fuerza real de la asociación en las empresas, con la Acción Directa como arma efectiva contra el legalismo como la única vía. Ahora es el momento de que el anarcosindicalismo real, que no es otra que la suma de nuestras fuerzas y pensamientos individuales en el mundo del trabajo, deje de ser una colección de textos teóricos, y se convierta en práctica diaria. Si es cierto que nos creemos lo que llevamos años predicando en el desierto, será el momento ya de poner en práctica nuestros acuerdos.
Hagamos anarcosindicalismo donde hay qua hacerlo. Tenemos un modelo, que no fue escrito para estar en las rancias estanterías de una biblioteca. Tenemos un modelo que habla de un sindicalismo que aborrece de las practicas estatalitas y burocratizadas del sindicalismo oficial.
¿Vamos a seguir con nuestras disputas estériles y que a nadie interesan? ¿una vez más?¿O vamos de una vez a estrechar lazos y puentes con todos los trabajadores y organizaciones que quieran dar la batalla?
Recurrimos a la heroicidad de nuestros abuelos, y no somos capaces de superar nuestras miserias. Nuestros hijos no nos lo perdonarán. Ya nos lo están reclamando.
El 29 de Marzo, iremos a la Huelga, y diremos lo que tengamos que decir. Superaremos en la medida de nuestras fuerzas el canal que nos trazan, para convertirnos en torrente.
Porque Una vez más. Una más, estamos obligados a que la voz del anarquismo organizado se oiga.
Salud.
(Para escribir estas líneas, no he tenido necesidad de mencionar ni una solo sigla. Ni de otros ni las mías propias. Todos sabemos donde estamos como para necesitar seguir mirándonos el ombligo.)

sábado, 3 de marzo de 2012

Organizar la respuesta



No voy a abundar en estas breves líneas sobre el desastre que va a suponer para los trabajadores (y para quienes necesitan trabajar y no les deja el “mercado”) esta reforma laboral. Tampoco en cómo los recortes están haciendo la vida cada vez más difícil y penosa a cada vez más gente y todo para beneficiar a un puñado de millonarios. Me voy a centrar en cómo articular la necesaria respuesta.
Partamos de un hecho. Todas las conquistas que nos están arrebatando los ricos y sus sirvientes en el parlamento las ganaron nuestros padres y abuelos mediante la organización sindical y la lucha. Nada les fue cedido “por las buenas”. Esa es una de las lecciones que hay que hacer llegar a nuestros compañeros para contrarrestar la propaganda del régimen.
Otra es que indignarse es un primer paso pero no basta. Eso, más de uno se lo está empezando a plantear por el poco efecto de las manifestaciones, por muy multitudinarias que sean, cuando no van acompañadas de algo más. Y es que la indignación, si no va más allá, a los de arriba se la trae floja. Hay que pasar a la acción y no basta con tomar la calle, a menos que se interrumpa la producción y circulación de mercancías, que ahí les duele (para cuando salgan publicadas estas líneas, en Barcelona los trabajadores del Transporte le estarán echando un pulso muy importante a las clases dominantes). Nadie ha conseguido hacer una tortilla sin romper los huevos ¿verdad?
Frente al abuso y la violencia de los de arriba, hay que dar una respuesta proporcional y capaz de conseguir los objetivos planteados. Esa respuesta no puede ser de minorías que vayan tan por delante de las formas de lucha y niveles de conciencia actuales de nuestra clase que queden aislados de ella, pero se puede y se debe acompañar la resistencia popular allí donde surja, que con la situación a la que nos están empujando ocasiones no faltan. Tenemos que tener claro nuestro papel. Seguir esforzándonos en extender y fortalecer la organización de nuestra clase y en articular sus diversas expresiones, en exponer las causas y soluciones a los males que nos aquejan (y mucho mejor que la propaganda es la práctica), en hacer llegar una solidaridad efectiva, contundente, a los sectores que están plantando cara (y ejemplos los hay a poco que miremos a nuestro alrededor). Todo eso acumula para que en un momento dado, cuando las contradicciones se agudicen, podamos pasar de la defensa a la ofensiva e ir a por todo lo que nos pertenece: TODO.
La solución a la crisis es arrebatarles el control a los de arriba y poner toda la riqueza y el trabajo al servicio de las necesidades e intereses de la mayoría y no de unos pocos. Y eso, por muchas ilusiones que se sigan haciendo sectores importantes de quienes desean un cambio social, no será por las buenas. No hay ni un solo caso en la historia donde los privilegiados hayan renunciado a sus privilegios de buena gana. En ese campo el discurso de los de arriba es aún muy fuerte, por lo que hay que ser pedagógicos, tener paciencia y no forzar la máquina. En todo caso, la delegada del Gobierno en Valencia nos está echando una manita con eso.

Manu García

Publicado originalmente en el periódico "cnt", marzo 2012